Hoy os vuelvo a dejar otra de las recetas de mi madre. Recuerdo que
me encantaba ayudar en la cocina a hacer los palitos con la masa para darles forma y una vez fritas yo era la encargada de ponerles el azúcar.
He leído que es un dulce muy típico de Semana Santa, pero a decir verdad en casa las comíamos durante todo el año.
Ingredientes:
3 cucharadas de aceite
1 huevo
3 cucharadas de azúcar
3 cucharadas de anís
raspadura de limón
canela en polvo
1 sobre de levadura en polvo Royal
harina ( la que admita)
Preparación:
Se mezcla el huevo con el azúcar, el anís, el aceite, la raspadura del limón, un poco de canela y por último la harina con la levadura. La harina se va añadiendo y removiendo hasta formar una masa que no se pegue. Personalmente cuando la masa ya es más difícil de trabajar, la pongo en la mesa y le sigo añadiendo harina hasta que noto que ya no se me pega en las manos.
Dejamos reposar la masa tapada con un paño de cocina en un cuenco un par de horas.
Se forman las rosquillas haciendo unos palitos con trocitos de masa y las manos untadas en harina y luego cerrándolos.
Se fríen en abundante aceite caliente escurriéndolas bien y poniéndolas en una fuente con papel de cocina para que les absorba el exceso de aceite y se dejan enfriar.
Una vez frías se envuelven en azúcar molido y ya están listas para hincarles el diente.
¡ Menudo vicio !
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