Este delicioso postre está elaborado con sólo tres ingredientes: yemas de huevo, agua y azúcar. Me encantan, son mi debilidad. Si tenéis invitados quedarán encantados con estos dulces y os aseguro que es totalmente imposible comerse sólo una.
Ingredientes:
12 yemas de huevo
200 gr de azúcar
100 ml de agua
azúcar glas
Preparación:
En un cazo vertemos el agua y el azúcar y lo ponemos a fuego medio, dejándolo hervir hasta conseguir un almíbar espeso y que quede a "punto de hebra". El "punto de hebra" se consigue a los 105ºC,
aproximadamente. Normalmente suelo coger un poco de almíbar con una cuchara y lo pongo entre los dedos pulgar e indice y al separarlos el almíbar forma un hilo (hebra), que termina por romperse. Es el punto perfecto del almíbar. Apagamos el fuego.
En un bol batimos la yemas de huevo ligeramente y las colamos. Volvemos a poner el cazo con el almíbar al fuego (temperatura media) y revolvemos con una cuchara de madera mientras añadimos las yemas batidas, poco a poco. Seguimos removiendo a fuego medio-bajo hasta que cuaje, tenemos que tener paciencia y no desesperarnos y seguir removiendo, veremos que poco a poco se va cuajando y espesando. Una vez que espese la mezcla la dejamos enfriar.
Cuando esté totalmente fría nos ayudamos de dos cucharillas para formar las bolitas, que pasaremos por azúcar glas y colocaremos en capsulas de papel.
Irresistibles...
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